En un entorno en
el que es marcada la tendencia a la desaparición del escritorio clásico y el
aumento del teletrabajo, la necesidad de espacios de reunión crece notablemente. Estos, a su vez, se redimensionan, al convertirse en ámbitos de trabajo colaborativo, que promueven el intercambio de ideas con eficiencia y economía de
tiempos.
Teniendo en
cuenta estos conceptos, la tecnología de una sala o espacio de reunión, debe
perseguir los siguientes criterios generales:
- Brindar conectividad a todas las personas que deban trabajar en ese espacio.
- Permitir que cada asistente pueda reproducir contenidos para la observación consensuada.
- Que la reproducción visual de contenidos permita, en todos los casos, la correcta visualización de todos los asistentes a la reunión, aún con información no editada.
- Qué todas las fuentes de sonido, especialmente el refuerzo de voz si fuera necesario, se reproduzcan nítidamente y creando una sensación de naturalidad.
- Interactuar libremente con personas o grupos que se encuentren en puntos remotos experimentando una comunicación realista e inmersiva.
- Manejar la sala de forma segura e intuitiva evitando la capacitación específica, fallas por una operación equivocada y tiempos muertos.
- Administrar el uso de estos espacios de reunión para que cumplan con la demanda de toda la organización.
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